Manolito Gafotas vuelve a la radio para rendir homenaje a los barrios y sus vecinos con el Cuento de Navidad de la SER
El niño más famoso de Carabanchel Alto vuelve a la radio 20 años después con una entrega escrita por Elvira Lindo, que también dará voz al protagonista
Ramón Barea, Raúl Cimas, Silvia Abril, Pepa Rus, Javier Coronas y Charlie Pee completan el reparto. La banda sonora correrá a cargo de Carlangas, que realizará una versión de ‘Campanera’
Un año más, la Cadena SER emitirá su tradicional Cuento de Navidad el 25 de diciembre a las 12:00h. En el año de su Centenario, la emisora ha apostado por ‘Manolito Gafotas’, que regresará a la radio casi dos décadas después con una nueva historia escrita por Elvira Lindo. Tras su estreno, ‘Manolito en Navidad’ estará disponible en SER Podcast y las principales plataformas de audio y se reemitirá en antena el 6 de enero a las 17:00h.
«Nos emociona que Manolito y su universo vuelvan a la radio. Es un regalo para los oyentes envuelto en humor, descaro e inocencia, los rasgos que han hecho universal al personaje de Elvira Lindo. El mejor broche para culminar un año tan importante como el del Centenario de la SER”, apunta Montserrat Domínguez, directora de Contenidos de la Cadena SER.
La autora de la célebre saga volverá a ser la encargada de poner voz a Manolito Gafotas, el niño más famoso de Carabanchel Alto. La ficción sonora de la SER contará también con Raúl Cimas y Silvia Abril, que interpretarán a Manolo y Catalina, los padres del protagonista; Ramón Barea, que dará vida al abuelo Nicolás; Pepa Rus y Javier Coronas, que prestarán sus voces a La Luisa y Bernabé, vecinos de Manolito, y Charlie Pee, que se meterá en la piel de Melody Martínez. Carlangas será el responsable de la banda sonora de ‘Manolito en Navidad’, que incluye una versión muy especial de ‘Campaneras’, mientras que la dirección correrá a cargo de Ana Alonso y el diseño sonoro de Roberto García.
En esta nueva historia, Manolito Gafotas sigue siendo un niño, pero vive en 2024. La sociedad ha cambiado y Carabanchel Alto también, aunque por suerte no ha perdido su esencia. El barrio sigue siendo casi el mismo, con su vida local de siempre, pero la gran preocupación de sus habitantes ya no es la cárcel, sino los fondos buitre.
Elvira Lindo reivindica la unión vecinal en ‘Manolito en Navidad’: “Es lo que sostiene y protege ese territorio tan de Manolito, tan nuestro”
El cuento de Navidad de la SER de este año invita a reflexionar sobre qué sería de la sociedad sin la vida de los barrios. Sin esa red de cuidados invisibles, ese apoyo y ayuda mutua, esas asociaciones vecinales, esos cotilleos de escalera… ¿qué hubiera sido de Manolito si todo su bloque hubieran sido viviendas de uso turístico? ¿Qué sería de la historia de Manolito si su barrio hubiera sido víctima de la gentrificación, la homogeneización, la impersonalidad, la fugacidad y la inmediatez?
“Hace tiempo que decidí que Manolito viviera una infancia eterna. Se trata de una sólida tradición literaria a la que me acojo para preservar su inocente manera de observar la realidad, esa mezcla de asombro y perspicacia con la que se enfrenta a sus aventuras cotidianas. Claro que el mundo ha cambiado, desde aquel 1994 en el que se publicó el primer libro está prácticamente irreconocible, pero esas vertiginosas novedades las he ido introduciendo con delicadeza para que no perturben su sólido universo vital”, apunta Elvira Lindo.
“Manolito sigue siendo, en esencia, el mismo. Sabemos que en la casa de los García Moreno ha entrado, cómo no, la tecnología y que en su barrio la inmigración local ha mutado en internacional. También sabemos que parte del negocio local ha dado paso a las franquicias y que la codicia de los inversores inmobiliarios está llamando a las puertas de esta periférica clase trabajadora. Pero hay algo que sostiene y protege ese territorio tan suyo, tan nuestro: la sólida relación que mantienen los vecinos y que enamoró a los niños de medio mundo”, añade la autora, destacando que, “en el Carabanchel Alto de Manolito, los abuelos siguen copando las aceras con sus andadores, los niños abundan en las plazas y los vecinos aspiran a que tener un ascensor y que no se les atasque”.